Blog N° 1: Los Atributos del éxito según T.Peters y R.Waterman

1 Orientación a la acción

  • Siempre están preparadas para actuar.
  • Dispuestas a experimentar, probar e incluso equivocarse.
  • Simplicidad. Planes de acción simples, con objetivos muy definidos.
  • Fragmentación. Ante un problema, crean grupos operativos pequeños que actúan y resuelven en plazos menores a cinco días.
  • Se forman con empleados de diferentes áreas que aportan su expertise al problema y apenas generan documentación.

2 Cercanía con el cliente

  • Transmiten a sus empleados una obsesión: El cliente es lo primero.
  • El objetivo es que el cliente confíe en la marca.
  • Escuchan de verdad lo que sus clientes quieren de sus productos y servicios y lo implementan.
  • Medición intensiva y retroalimentación con los resultados.
  • Formación constante del personal en atención al cliente.
  • Hay que centrarse en un nicho en el cual la empresa sea mejor que cualquier otra para ese target en algún parámetro como precio, tecnología, servicio, segmentación….

3 Fomento de la autonomía e iniciativa en los empleados

  • Incitan a los empleados a presentar nuevas ideas, productos, procedimientos… y les dan los medios para desarrollarlos.
  • Cuentan con grupos de investigación descentralizados y autónomos cuyo único objetivo es aportar novedades.
  • Recompensan tanto los éxitos como las iniciativas.
  • Tolerancia al fracaso ya que sólo es una parte del proceso.
  • Buscan tener Campeones de la innovación a los cuales les permiten incluso llegar a límites arriesgados.

4 Productividad desde las personas

  • Hay que tratar a las personas como adultos, como socios; Eso implica con dignidad y respeto y no como si fueran inmaduras.
  • Se confía de verdad en los trabajadores y se demuestra en la práctica que la confianza es real, no sólo de palabra.
  • Creación de un buen ambiente de trabajo, con autonomía y en el que todos ven los resultados de su labor.
  • Inversión en las personas: Formación constante y útil.
  • Animación positiva: Incentivos, información constante…

5 Orientación a los valores

  • Los valores son útiles y rentables. Inútiles y molestos sólo los ven los malos directivos.
  • Poseen un conjunto muy definido de valores y creencias orientadoras sobre el modo de actuar y comportarse.
  • El proceso de selección de valores y su difusión se afronta con la máxima seriedad y eficacia.
  • El origen de los valores está en un líder que los comparte con el resto de la empresa.

6 Fidelidad a su negocio central

  • Permanecer fiel a la competencia principal de la empresa es más eficaz que implantar la diversificación como política principal.
  • Un poco de diversificación da estabilidad, pero diversificar como estrategia no funciona.
  • Las fusiones, mejor de pequeñas empresas, fácilmente asimilables a la cultura corporativa y cuyo posible fracaso no suponga un riesgo.
  • La mayoría de fusiones acaban mal: los directivos ‘comprados’ suelen irse dejando una compañía devaluada a la que han dedicado mucho tiempo los ‘compradores’.

7 Estructura simple y staff reducido

  • Un negocio complejo no se gestiona con una estructura compleja y una plantilla desmesurada en la central.
  • Divisiones entre productos, organización unida y pocas capas gerenciales garantizan la simplicidad y la capacidad de reacción.
  • Hay que tener una estructura sencilla y eso se logra teniendo claro qué hay que sacrificar (función, producto, geografía…) en caso de que un proceso implique aumentar la complejidad.

8 Dirección central con libertad individual

  • La dirección central se combina con una amplia concesión a la autonomía individual de todo el personal, incluido el no directivo.
  • Los controles deben ser rígidos, pero abiertos a posibles cambios que, además, se implementen rápidamente.
  • La gestión de los valores, el control de la Calidad o la atención al cliente corresponden a la Central, pero se incentiva a los trabajadores para que aporten sus ideas constantemente.
  • Las distintas divisiones tienen amplio poder de decisión.